miércoles, 5 de agosto de 2015

¿Quién gana y quién pierde con los tipos negativos?



(Publicado en El Confidencial)

La semana pasada expliqué por qué se mantienen los tipos negativos en el tiempo. En este artículo me centraré en quiénes son los beneficiados y los perjudicados por esta situación y cuándo debieran subir los tipos de interés.

Entre los favorecidos se encuentran:



1º) Los gobiernos. Los menores tipos de interés permiten a los gobiernos realizar unos presupuestos más expansivos porque tienen que dedicar menores recursos al pago de intereses y pueden asignar esos importes a otros fines. Además, los países que se financian con tipos de interés negativos obtienen plusvalías pidiendo dinero prestado. En momentos como el actual, cuando los tipos de interés son inferiores al crecimiento nominal (crecimiento real + inflación), se puede reducir el ratio de endeudamiento sobre PIB gastando más de lo que se ingresa. Ni siquiera es necesario generar superávit primario (antes de intereses), basta con que el déficit sea inferior al crecimiento nominal.

2º) Los bancos. Este tipo de entidades financieras mantienen un gran volumen de préstamos a largo plazo concedidos con tipos de interés elevados. La financiación de los mismos se realiza a corto plazo, por lo que su margen aumenta a medida que se renuevan financiaciones a bajos tipos de interés. Por otro lado, los menores tipos de interés de los nuevos préstamos aumentan la demanda de los mismos por parte de clientes con capacidad de pago. Por último, los menores tipos de interés disminuyen las tasas de mora porque el pago de las mensualidades de los créditos son más asequibles para el cliente final.

3º) Las empresas con elevado endeudamiento. Los bajos tipos de interés disminuyen los costes financieros que pagan las empresas y posibilitan que más empresas puedan obtener recursos de los bancos o mercados de capitales.

4º) Los empresarios e inversores en acciones. Hay tres efectos positivos. El primero es el aumento de los márgenes por reducción de los gastos financieros, el segundo es la mejor optimización del capital por el aumento de las posibilidades de endeudamiento y la tercera, es la mejora macroeconómica que producen los bajos tipos de interés. Pongamos un ejemplo. Un accionista de una empresa cotizada en bolsa se beneficia primero porque disminuyen los intereses que esa compañía tenga que pagar por sus deudas, segundo porque esa compañía puede aumentar el endeudamiento a tipos bajos para reducir las necesidades de capital y así aumentar la rentabilidad y tercero, a nivel macro se beneficia de los efectos positivos que tiene sobre la confianza y poder adquisitivo de sus clientes.

Entre los perjudicados se encuentran:

1º) Las aseguradoras. Tienen una situación de balance contraria a la de los bancos. Han asumido obligaciones con sus clientes a largo plazo y deben invertir a plazos inferiores las primas cobradas. Si los tipos a los que deben renovar sus inversiones son menores a lo estimado, perderán dinero con las operaciones concedidas en el pasado porque no alcanzarán la rentabilidad prevista.

2º) Los inversores en activos de renta fija. La rentabilidad de los bonos, depósitos y préstamos es muy baja o incluso negativa. En este entorno, muy pocas personas pueden vivir de las rentas sin consumir capital o sin asumir más riesgo.

La siguiente pregunta que debemos hacernos es ¿cuándo subirán los tipos de interés? Cuando el crecimiento de la demanda de crédito sea superior al crecimiento de los inversores que invierten en bonos, depósitos y préstamos de escasa rentabilidad. Indicaré cual es la evolución lógica de la oferta y demanda de crédito. Impactos esperables sobre la oferta:

1º) Un mayor endeudamiento de países y empresas. En el momento que los favorecidos por los bajos tipos de interés obtengan buenos resultados y reduzcan la percepción del riesgo asumido, es previsible que aumenten el nivel de endeudamiento. El propio avance del ciclo económico y los bajos tipos de interés mantenidos durante un período largo de tiempo ayudarán a este cambio de percepción. Si cada vez hay más compañías dispuestas a endeudarse aprovechando el bajo coste, aumentará el volumen de crédito y subirán los tipos de interés.

Aspectos que pueden incidir sobre la demanda:

1º) Una política monetaria menos expansiva. Un mayor crecimiento económico o una menor presión deflacionaria deberían llevar al BCE a modificar su política monetaria actual. Tanto reducir el importe de la expansión cuantitativa (QE) como subir los tipos oficiales del dinero supone una reducción de compras de bonos (crédito a estados, empresas y particulares).

2º) Aumento del nivel de riesgo asumido por los inversores conservadores y reducción de la demanda de renta fija.

3º) La no inversión de clientes conservadores en activos con escaso rendimiento comparados con el riesgo asumido. Prefieren mantener el dinero disponible en la cuenta corriente.

En conclusión, solo hay que dejar que la situación actual perdure en el tiempo para que aumenten los interesados en endeudarse y disminuyan los interesados en invertir en renta fija a los tipos de interés actuales.

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