Opá, yo voy a hacer un Investment Bank!!

Papá, esta vez sí voy a montar una empresa! En esta ocasión no me podrás poner peros al modelo de negocio porque su viabilidad y rentabilidad está comprobada. He desistido en mi ánimo de ser innovador y voy a copiar el saber hacer de los hombres de negocios más admirados.

Me voy a dedicar a la consultoría en la regulación del sector financiero y a la participación activa en el mercado de capitales. Te cuento en qué consiste.


Por un lado, cobraré asesoramiento a los gobiernos, los bancos centrales y todo tipo de organismos que regulen al sector financiero o a los mercados de valores. Por el otro, cobraré asesoramiento directamente o a través de la contratación de operaciones financieras a entidades reguladas como bancos, aseguradoras, inversores institucionales, administraciones territoriales, entes públicos e incluso estados sujetos a una normativa supranacional. Por último, invierto por cuenta propia en los mercados con toda la información que obtengo de mis clientes.

Pintado de otra forma, es como cobrar a los profesores por recomendarles qué deben preguntar a los alumnos en los exámenes y cómo deben vigilar durante el tiempo que duran los tests. Por otro lado, cobraría a los alumnos por soplarles las preguntas y enseñarles a hacer trampas de una forma que no les pillen. Por último, yo me coronaría como el mejor estudiante de la promoción. La idea es la misma sólo que la recompensa no serían sobresalientes, sino dinero, mucho dinero.

Me dirás como siempre, que lo difícil es acceder a los clientes por primera vez. Pero para eso ya he encontrado la solución: una buena política de recursos humanos. Tendré que fichar a políticos y directivos entidades financieras como empleados para acceder a gobiernos, reguladores y las cúpulas de las entidades financieras. Con un poco de suerte, mis trabajadores acabarán en el gobierno, dirigiendo los organismos supervisores o al frente de las entidades clientes. En resumen, pagaré buenas nóminas pero la inversión será muy rentable.

Entrando en detalle, te voy a poner algunos ejemplos de lo que puedo hacer con este modelo de negocio:

1) Vender a mis clientes productos financieros "basura" y yo apostar a que se depreciarán.
2) Recomendar a mis clientes comprar productos financieros que otro cliente quiere vender y me paga por su distribución. 
3) Asesorar a países como Grecia para ocultar su deuda a Europa a través de swaps de divisa.
4) Asesorar al Comité de Supervisión Bancaria de Basilea sobre qué debe exigir Basilea III, cuándo debe implantarse y cómo debe vigilarse su cumplimiento.
5) Asesorar a la Unión Europea para definir, implantar y controlar el cumplimiento de la directiva de seguros Solvencia II.
6) Asesorar a la European Banking Autority (EBA) sobre cómo debe realizar los stress tests de la banca europea.
7) Asesorar a la Reserva Federal y al gobierno americano sobre cómo dejar caer o rescatar a AIG, General Motors, Washington Mutual y otras entidades.
8) Asesorar al gobierno irlandés para realizar quitas a los acreedores privados en deuda subordinada bancaria.
9) Asesorar a los bancos centrales sobre qué deben hacer con los tipos de interés y cómo deben intervenir en los mercados financieros.
10) Enseñar y hacer operaciones con entidades financieras para mejorar sus ratios de capital sin que aumenten sus recursos propios.
11) Enseñar y hacer operaciones con entidades financieras para mejorar su beneficio presente aunque hipotequen sus resultados futuros o apalanquen el riesgo.
12) Enseñar y hacer operaciones con entidades financieras para mejorar sus ratios de liquidez sin que disminuya su riesgo de financiación.
13) Asesorar a gobiernos como el español sobre cómo debe reformar el sistema de cajas de ahorros, dar avales, inyectar ayudas a través del FROB, intervenir y subastar entidades.

Algunas de estas actividades serían menos rentables si existiesen de verdad las llamadas murallas chinas o áreas separadas, pero mientras todas las áreas de negocio pertenezcan al mismo grupo empresarial, eso de las murallas será un cuento chino. Es más, mis clientes, incluidos los reguladores, me presionarán que les ofrezca la mejor información y asesoramiento posible, aunque suponga saltarme las mencionadas murallas. Evidentemente, les daré el mejor asesoramiento que no me perjudique a mí como entidad sujeta a regulación. En principio quiero cobrar de todos los lados, pero si en alguna operación sólo puedo cobrar por uno o dos frentes, así lo haré.  Lo que no me cuenten cobrándoles lo preguntaré a mis contactos, que cada vez serán más y mejores.

Por último, como no quiero engañar a nadie y quiero que todos tengan claro que con esto quiero hacerme rico, voy a llamar a mi nueva empresa Hombredeoro Bank. Papá, una vez me enseñaste un dicho español que dice: "Hecha la ley, hecha la trampa". Pues bien, yo con esta empresa quiero cobrar por hacer la ley, cobrar por enseñar a hacer la trampa y hacer yo todo tipo de trampas. Ya me dirás qué te parece.